viernes, 7 de agosto de 2009

El tiempo es correcto

PERSONAJES

* Arc Ángel, El anfitrión del programa * Rosa, primer concursante * Javier, segundo concursante * Olga, tercer concursante * El sostenedor de cartelones * Mensajero

UTILERIA

* Pequeño joyero con una nota dentro
* Bolsa con una nota dentro
* 3 Cartelones: ---OHHH con una carita triste
--AHHH con una carita triste
APLAUSOS Y BULLA con una carita feliz
* Documento dentro de un sobre que se vea oficial
* 3 cajas envueltas de regalo, cada una con una nota:
--una caja marcada que diga:
EL REINO DE DIOS
--una marcada que diga:
SATISFACCION GARANTIZADA
-- una marcada que diga:
COMPLETAMENTE PAGADO

El escenario debe estar decorado como si fuera un programa de concursos. El sostenedor de cartelones no solo levanta los cartelones en los momentos apropiados sino que también debe animar y obtener respuesta del público.


ARC ANGEL: Bienvenidos a “¡El Tiempo es Correcto!” Y ahora vamos a conocer a nuestros concursantes. ¡Rosa Cortés, ven al frente! ¡Javier Velasco ven al frente! ¡Olga Mora ven al frente! (los concursantes brincan de sus asientos de entre el público y corren gritando al escenario) Ahora concursantes, ya saben cómo funciona el juego. Cada uno de ustedes está deseando obtener algo de la vida. Tendrán la opción de intercambiar ese deseo por alguno de los fabulosos regalos de Dios, o quedarse con el suyo y verán si es lo que ustedes planearon. Está bien. Vamos a comenzar con el concursante número uno. Rosa, ¿Qué tienes ahí contigo?

ROSA: (Levanta un joyero) Estoy deseando que voy a ser una modelo exitosa. Eso me haría feliz.

ARC ANGEL: Rosa, la caja número uno está marcada con EL REINO DE DIOS. ¿Deseas intercambiar tu caja por este fabuloso regalo de Dios o prefieres quedarte con el que tienes?

ROSA: Creo que voy a tomar mis riesgos con lo que yo tengo.

ARC ANGEL: Rosa, ¿estás segura?

ROSA: Si, estoy segura

ARC ANGEL: Está bien Rosa. Vamos a ver de lo que te perdiste. (Abre la caja marcada con EL REINO DE DIOS; y saca una nota) Veamos lo que dice. “Deléitate en el Señor y el te concederá las peticiones de tu corazón.”

SOSTENEDOR DE CARTELONES: (Ahhhh CON LA CARA TRISTE)

ARC ANGEL: Eso estuvo mal Rosa. Pero veamos con lo que te quedaste.

ROSA: (Abre el joyero y saca y lee la nota que está dentro)“Desilusión, corazón herido, pesar.” (Rosa comienza a llorar).

SOSTENEDOR DE CARTELONES: (Ahhhh CON LA CARA TRISTE)

ARC ANGEL: Pues si, “Que tengas mejor suerte a la otra Rosa,” pero en este programa solamente tienes una oportunidad. Adiós… y no se te olvide tomar tu futuro contigo. (Rosa sale enojada) Concursante Número Dos, Javier Velasco ¿qué tienes ahí contigo?

JAVIER: Nada, no tengo nada. Pienso que si no esperas nada de la vida, no seré desilusionado.

ARC ANGEL: Pero seguramente tienes algo.

JAVIER: No. Solo tomo la vida como viene

ARC ANGEL: Entonces esta bien, Javier. ¿Deseas intercambiar lo que tu tienes por lo que está en la caja número dos, el fabuloso regalo de Dios que dice SATISFACCION GARANTIZADA?

JAVIER: No, como dije, prefiero no esperar nada. Solo así no seré desilusionado.

ARC ANGEL: Está bien Javier. No esperas nada. Así que veremos lo que recibiste.

MENSAJERO: Entrega especial para Javier Velasco. (Le entrega un sobre a Javier).

ARC ANGEL: Adelante Javier. Lee lo que dice

JAVIER: Javier Velasco, Por medio de la presente se le cita para aparecer delante del Supremo Tribunal donde el Creador del Universo proclamará su juicio. “¡Eso es trampa! ¡Yo pensé que si sólo dejaba pasar la vida, todo saldría bien!

ARC ANGEL: Suena como si fuera un error Javier. Ahora veamos de lo que te perdiste. (Abre la caja que dice SATISFACCION GARANTIZADA) ¡Mira esto! Una promesa de Dios: “Yo nunca te dejaré ni te daré la espalda.”

SOSTENEDOR DE CARTELONES: (Ahhh con una carita triste)

ARC ANGEL: Adiós Javier. No se te olvide llevarte tu citatorio. Y ahora nuestro último concursante. Olga Mora, ¿qué has traído?

OLGA: (Levanta una bolsa) Bueno, es una bolsa con muchas cosas. Puse ahí todas las cosas buenas y malas que he hecho. Estoy esperando que las cosas buenas pesen más que las malas.

ARC ANGEL: Rosa, es tiempo de la gran decisión. Deseas quedarte con lo que tu tienes o tomar la caja número tres, el fabuloso regalo de Dios que dice: COMPLETAMENTE PAGADO?

OLGA: Bueno, he estado observando cuidadosamente y pienso que tengo mejor oportunidad tomando lo que Dios tiene que ofrecerme que hacer las cosas a mi manera. Tomo el regalo de Dios.

ARC ANGEL: Olga, abre tu bolsa. Vamos a ver de lo que te perdiste.

OLGA: Wow, qué bueno que no me quedé con esto, “Si alguno hace todo bien y rompe uno de mis mandamientos, esa persona es culpable de romperlos todos.”

SOSTENEDOR DE CARTELONES: (Ohhhh con cara triste)

ARC ANGEL: Y ahora, veamos lo que recibiste. (Abre la caja) Dice, “Vida que sigue y que sigue y que sigue y que sigue.”

SOSTENEDOR DE CARTELONES: (APLAUSOS Y BULLA con una cara feliz)

OLGA: (Brincando arriba y abajo) ¡Que gran regalo!

ARC ANGEL: ¡Felicidades Olga! ¡Tu eres la gran ganadora el día de hoy! (Se voltea al público) Y recuerden de sintonizarnos la próxima vez, porque quizás sea tu (señalando al público) turno de jugar “El tiempo es Correcto.”

FIN

Elevador

¿Necesitas algo para comenzar una discusión sobre la preocupación? Intenta con el siguiente drama (hojas de trabajo). Dos mujeres y dos hombres pueden hacer un buen trabajo con un mínimo de ensayo y si es necesario, con el guión en la mano. Después del drama, utiliza estas preguntas de discusión y las Escrituras de la Biblia como referencia en un estudio sobre la preocupación.
Para comenzar la discusión después del drama, haz las siguientes preguntas a tu grupo:

• ¿De qué te preocupas?
• ¿Cuál es tu temor más grande?
• ¿Qué te causa temor?
• ¿Deberían preocuparse los Cristianos? ¿Sobre qué?
• ¿Deberían preocuparse los Cristianos por su futuro?
Después pide a tus estudiantes que lean los siguiente versículos en voz alta; pregunta al grupo si alguno de estos versículos cambian sus opiniones acerca de la preocupación de los Cristianos.
• Lucas 10:38-42
• Jeremías 17:7-8
• Mateo 13:22 (O lee toda la parábola y la explicación en 13:1-23)
• Marcos 4:19; Lucas 8:14 (Pasajes paralelos para la parábola del sembrador en Mateo)
• Mateo 6:25-34 (Lucas 12:22-34)
• Mateo 10:17-20 (Marcos 13:9-11; Lucas 12:11-12; 21:12-15); Filipenses 2:25-30
• 1 Pedro 5:7
• Deuteronomio 28:58; 64-68
• Salmo 139:23-24
• Proverbios 12:25
• Eclesiastés 2:21-22
• Filipenses 4:6-9

Jesús conoce a una mujer

PERSONAJES: Narrador * Jesús * Mujer * Discípulo

TEXTO BIBLICO: Juan 4

NARRADOR: Jesús viajaba de Judea a Galilea y tenía que pasar a por Samaria. Estaba localizado junto a un pueblo llamado Sicar cerca del terreno que Jacob le había dado a su hijo José. Cansado del largo camino bajo el sol, Jesús se sentó junto a un pozo mientras los discípulos habían ido al pueblo a comprar comida. Una mujer samaritana llegó al pozo a sacar agua.

JESUS: ¿Me darías un poco de agua?

MUJER: Tu eres judío y yo soy samaritana—como me pides a mi que te de agua para beber?

NARRADOR: Los judíos por lo general ni siquiera hablaban con los samaritanos, mucho menos pedir agua del mismo vaso.

JESUS: Si supieras lo que Dios puede dar, y conocieras al que te está pidiendo agua tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua que da vida.

MUJER: Señor, ni siquiera tienes con qué sacar agua, y el pozo es muy hondo; ¿de dónde, pues, vas a sacar esa agua que da vida? ¿Acaso eres tú superior a nuestro padre Jacob, que nos dejó este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y su ganado?

JESUS: Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed, pero el que beba del agua que yo le daré, no volverá a tener sed jamás, sino que dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna.

MUJER: Señor, dame de esa agua para que no vuelva a tener sed ni siga viniendo aquí a sacarla.

JESUS: Ve a llamar a tu esposo, y vuelve acá

MUJER: No tengo esposo

JESUS: Bien has dicho que no tienes esposo. Es cierto que has tenido cinco, y el que ahora tienes no es tu esposo. En esto has dicho la verdad.

MUJER: Señor, me doy cuenta de que tú eres profeta. Pero, si me permites hacerte una pregunta: ¿Por qué insisten ustedes los judíos que Jerusalén es el único lugar a donde se debe adorar? Nuestros antepasados adoraron en este monte, pero ustedes los judíos dicen que el lugar donde debemos adorar está en Jerusalén.

JESUS: ¡Créeme, mujer, que se acerca la hora en que no nos preocuparemos por el lugar a dónde adorar al Padre! Pues el lugar para adorar no es lo que es importante, sino cómo le adoramos. La adoración debe espiritual y real pues Dios es Espíritu y debemos tener la ayuda de su Espíritu para dorar como debemos. El Padre quiere este tipo de adoración. Pero ustedes samaritanos conocen tan poco acerca de el, adoran con los ojos cerrados por decir algo. Nosotros los judíos sabemos todo acerca de el, pues la salvación llega al hombre a través de la raza judía.

MUJER: Bueno, al menos sé que el Mesías va a venir—¿sabes? Al que le llaman Cristo—y cuando él venga el nos explicará todas las cosas.

JESUS: ¡Yo soy el Mesías!

NARRADOR: Entonces la mujer dejó el cántaro de agua cerca del pozo y regresó a su pueblo y emocionada le dijo a todos sobre Jesús. Pronto la gente comenzó a llegar del pueblo a verlo. Mientras tanto, los discípulos habían regresado con Jesús. Lo habían visto platicar con la mujer samaritana y estaban asombrados, pero no le preguntaron a Jesús porqué o qué le dijo a la mujer. Sino que le rogaban para que Jesús comiera.

DISCIPULO: Maestro, come algo de la comida que trajimos.

JESUS: No. Yo tengo una comida que ustedes no conocen.

DISCIPULO: (Hablando con otros discípulos) ¿Alguien más le trajo comida?

JESUS: Mi alimento viene de hacer la voluntad de Dios que me envió y de finalizar su obra. Piensan que el trabajo de cosechar no comenzará hasta que termine el verano--¿en cuatro meses más? ¡Abran sus ojos y vean a su alrededor! Los campos de almas humanas maduros a nuestro alrededor y ellos están listos para ser cosechados. ya el segador recibe su salario y recoge el fruto para vida eterna. Ahora tanto el sembrador como el segador se alegran juntos. Porque como dice el refrán: ´Uno es el que siembra y otro el que cosecha.´ Yo los he enviado a ustedes a cosechar lo que no les costó ningún trabajo. Otros se han fatigado trabajando, y ustedes han cosechado el fruto de ese trabajo.

NARRADOR: Muchos de los samaritanos que vivían en aquel pueblo creyeron en él por el testimonio que daba la mujer: "Me dijo todo lo que he hecho." Así que cuando los samaritanos vinieron a su encuentro le insistieron en que se quedara con ellos. Jesús permaneció allí dos días, y muchos más llegaron a creer por lo que él mismo decía. --Ya no creemos sólo por lo que tú dijiste --le decían a la mujer--; ahora lo hemos oído nosotros mismos, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo.

FIN

Toma tu cruz

Personajes
* Narrador * Carla * Samy Habilidoso * Simón * Manuel * Tomás * Julia * Jenny * 3 o 4 adolescente

NARRADOR: Es bastante fácil ser Cristiano—al menos, es fácil decir que tu eres un Cristiano cuando es conveniente. Los Cristianos no tienen anuncios alrededor de sus cuellos que anuncien su fe. Pero piensa en las palabras de Cristo en Marcos 8:34: “Entonces llamó a la multitud y a sus discípulos. --Si alguien quiere ser mi discípulo --les dijo--, que se niegue a sí mismo, lleve su cruz y me siga.” ¿Qué sucedería si a los Cristianos se les requiriera cargar cruces como símbolos obligatorios de su fe?

ESCENA 1
Dentro de Cruces En Abundancia, una pequeña tienda en un centro comercial que vende toda variedad de cruces. Detrás del mostrador se encuentra un vendedor. Carla, una nueva Cristiana entra a la tienda.

SAMY HABILIDOSO: Hola. Pásele, pásele. ¿Cómo puedo ayudarla?

CARLA: (con entusiasmo) Me acabo de hacer Cristiana, y me gustaría obtener una cruz.

HABILIDOSO: bueno, has llegado al lugar correcto. Mi nombre es Samy Habilidoso, pero me puedes llamar “S” (haciendo un sonido como el de una serpiente) Soy tu amigo—y sé lo que necesitas.

CARLA: ¡Grandioso!

HABILIDOSO: (sacando una cruz de oro muy grande) Estamos en medio de una 24 horas de ofertas, y por solo $24.95. Se puede ir a casa con esta cruz puesta que es de 24 quilates de oro . Hasta le regalamos la cadena.

CARLA: (dudando) Bueno…esto no es exactamente lo que estaba yo buscando.

HABILIDOSO: Entiendo. Es muy grande. Creo que sé exactamente cómo se siente (saca una cruz pequeña) Escuche, aquí hay una que puedo dársela en $19.95. La cadena es aparte, pero le doy buen precio.

CARLA: (moviendo su cabeza, tratando de ser cortés) No… no creo que….

HABILIDOSO: Está bien. Le incluyo la cadena—pero esta oferta es solo por hoy.

CARLA: No, vea usted, estoy buscando algo más grande.

HABILIDOSO: ¡Ya le entendí! (de detrás del mostrador saca una enorme cruz con colores brillantes y chillantes) Este estilo es muy popular, pero por supuesto es un poco más cara.

CARLA: Quizás usted no me entiende. Creo que no es el tamaño de la cruz tanto como.. Bueno, cuando mis amigos se hicieron Cristianos, ellos llevaban unas cruces grandes, pero eran cruces de madera sencillas, sin pintar. Yo pensaba que ellos estaban locos, pero ahora creo que ya entendí. ¿Tiene usted algo así? ¿Quizás de este tamaño? (indicándole el tamaño)

HABILIDOSO: ¿Sabe? Teníamos de esas antes, pero se vendían tan poco que descontinué ese modelo. Casi nadie quiere comprarlas. La mayoría de la gente las renta—para esas ocasiones especiales cuando necesitan jugar el papelito, y después las regresan.

CARLA: ¿Puede decirme en que tienda las venden?

HABILIDOSO: (se detiene un momento, se le queda viendo a Carla cuidadosamente mientras juega con su cadena) Bueno, creo que no debería hacer esto, pero usted parece ser una persona decidida. Le haré un mapa. Aquí es a donde puede usted encontrarlas. (rápidamente hace un dibujo de un mapa en un papel) Se llama La Tienda de la Cruz, está en la esquina de la Quinta y la Principal. El tipo no tiene muchas ventas, pero quizás tenga lo que estás buscando.

CARLA: ¡Gracias! (sale pasando a otras dos personas que entran a la tienda).

HABILIDOSO: Hola. Pásele, pásele. ¿Cómo puedo ayudarle? (se apagan las luces)

ESCENA 2

La Tienda de la Cruz. Un mostrador con una fila de cruces de un solo tipo—grandes y de madera. Un vendedor detrás del mostrador.

SIMON: Hola. Mi nombre es Simón. ¿Puedo ayudarle?

CARLA: Mi nombre es Carla y me acabo de hacer Cristiana. Me gustaría comprar una cruz (observa las cruces en el mostrador) Estas son perfectas… exactamente lo que estaba buscando.

SIMON: ¿Está segura que esto era lo que buscaba?

CARLA: Seguro que si. Cuando yo conocí a Jesús, me dijeron que la cruz de Cristo me traería pruebas y tribulaciones así como un gran gozo. Pero yo sé que Dios me dará la fuerza que necesito y que jamás me dejará.

SIMON: Parece que usted es una joven decidida.¿Es esta la que quiere? (Carla asiente con la cabeza y Simón le da la cruz) Aquí tiene.

CARLA: ¿Cuánto le debo?

SIMON: NADA.

CARLA: ¿Nada?

SIMON: Nada, al menos por ahora.

CARLA: Pero acabo de estar en la tienda de Cruces En Abundancia y el Señor Habilidoso me dijo que—

SIMON: Ya lo sé. Algunas personas piensan que pueden comprar su salvación de esa menara. Se equivocan. Usted comienza a pagar cuando la cargue fuera de aquí.

CARLA: Gracias, Simón. Por cierto, ¿cómo se metió usted a este tipo de trabajo?

SIMON: Mi familia ha tenido este negocio por mucho tiempo. Un antepasado mío—cuyo nombre llevo yo—abrió su primera tienda en Cirene. Su primera cruz se parecía mucho a la que lleva usted. (si la capacidad bíblica no es la fortaleza de tu grupo, en este momento Simón puede leer Mateo 27:32: Al salir encontraron a un hombre de Cirene que se llamaba Simón, y lo obligaron a llevar la cruz. “)

CARLA: (pensando) Muchas gracias Simón (sale y se apagan las luces).

ESCENA 3

Pasillo de la escuela, de trasfondo unos casilleros. Estudiantes en el descanso. Un grupo de tres o cuatro adolescentes entran en el escenario del lado derecho cargando libros, platicando, riendo, etc. Caminan atravesando el escenario y salen por el lado izquierdo—mientras que Julia y Jenny entran por el mismo lado.

JULIA: (entusiasta) ¿No es emocionante? ¡Mañana es el último día de clases!

JENNY: Si, a penas y puedo esperar. Me la voy a pasar de fi-esta este verano. Oye, me gusta tu blusa.

JULIA: Gracias. Me la compré anoche. Oye, ¿te llamó David anoche? Karen me dijo que iba a—(Mateo y Tomás entran e interrumpen)

TOMAS: Oigan, ¡no hablen de la gran fiesta de esta noche sin incluirnos! Qué onda, ¿cómo están?

JULIA: Pues aquí. Hablando de la fiesta y el reventón (empuja a Tomás jugando). ¿Ya oyeron que Carla se hizo Cristiana? No puedo creer que alguien que vivió como ella pueda ser lo suficientemente buena como para ir a nuestra iglesia.

MANUEL: He escuchado que está muy en serio con esto. Uno de mis amigos la vio en la Tienda de la Cruz. ¿Qué creen que hizo? Primero Car—

TOMAS: (interrumpiendo) ¡Shh! Ahí viene. (el grupo de adolescentes hacen como que están haciendo otra cosa.)

CARLA: (entra con su gran cruz) Hola todos. Creo que ya saben que me hice Cristiana.

JULIA: Si ¡Qué bien! (se escucha el pensamiento de Julia con una voz fuera del escenario) No puedo creer que esté cargando esa cruz tan fea.

TOMAS: Estamos muy contentos por ti (se escucha el pensamiento de Tomás con una voz fuera del escenario) Tengo que irme de aquí antes de que todos me vean con ella y se burlen de mi.

MANUEL: Tienes que venir al grupo de jóvenes de la iglesia. (se escucha una voz fuera del escenario) Espero que decida ir a una iglesia distinta.

JENNY: Escuché la mala noticia de Carlos. Debió de haber sido muy difícil terminar con él porque no es Cristiano. (se escucha una voz fuera del escenario) Quizás ahora el me invite a salir.

CARLA: Si, fue muy difícil. Pero fue lo mejor. Espero que él también sea Cristiano. Quizás ustedes le puedan testificar.

TODOS: Claro, claro (se escucha una voz fuera del escenario) De ninguna manera. Nos sentiríamos como unos tontos.

CARLA: Hablando de testificar, ¿a dónde están sus cruces? (todos muestran unas cruces pequeñas, las sacan de lugares escondidos—a excepción de Manuel que sigue buscándola por unos momentos y finalmente se rinde y deja de buscarla) Qué bonitas… pero ¿qué no es difícil que la gente las vea?

JULIA: Bueno,… puede ser… pero si la gente ve bien, las podrán ver.

TOMAS: Además, no queremos que la gente se lleve una mala impresión.

MANUEL: Cuando nos hicimos Cristianos por primera vez, todos teníamos cruces como la tuya Carla. Pero era muy difícil compartirle a nuestros amigos porque esas enormes cruces los irritaban mucho. Nuestros amigos nos evadían—o se burlaban de nosotros.

JENNY: O las dos cosas.

TOMAS: De esta manera si no deseamos que algunas personas sepan que nosotros somos---bueno, podemos compartir nuestra fe cuando lo deseemos.. tu sabes, cuando el tiempo sea el correcto. (todos menos Carla asienten con la cabeza en un acuerdo. La campana suena y todos corren dejando a Carla parada sola y confundida. Se apagan las luces).

ESCENA 4

Un gran cartelón de trasfondo que dice FIESTA, con una flecha apuntando fuera del escenario, a la derecha. Un cartelón más pequeño que dice ESTACIONE SUS CRUCES POR $.50 Manuel, Tomás, Julia y Jenny entran del lado izquierdo del escenario y se paran en medio.

TOMAS: (a Manuel) Oye, se ve tu cruz.

MANUEL: Ah, gracias. Se me había olvidado (se mete la cadena dentro de su camisa)

CARLA: (se acerca con su gran cruz) ¡Hola amigos!

JULIA: Mira Carla, ¿por qué no dejas tu cruz afuera antes de que entremos a la fiesta? Se vería.. este… mucho mejor.

CARLA: ¿Qué quieres decir?

JULIA: Bueno, quizás podamos tomar algo.. este.. tu sabes, alcohol, o haya alguna otra cosa--

CARLA: Quieren decir que ustedes van a--

JENNY: Solo vamos a divertirnos en la fiesta. Todos nuestros amigos están ahí. Esa cosa (señalando a la cruz) puede molestar a algunas personas. Puede intervenir en algunas cosas. (otro adolescente—con una cruz como la de Carla—entra por el lado izquierdo del escenario, estaciona su cruz bajo el anuncio que dice: ESTACIONE SU CRUZ POR $.50, después sale por el lado derecho hacia la fiesta)

TOMAS: No es tan difícil de hacer Carla. Piénsalo. (todos menos Carla se van hacia la fiesta)

CARLA: (pensando en voz alta) Pero ¿qué no debería de ser difícil de hacer? (se apagan las luces).

ESCENA 5

Al día siguiente, restaurante mexicano. Manuel, Tomás, Julia y Jenny sentados alrededor de una mesa esperando a que el mesero traiga su comida. Tomás está jugando con las salsas. Julia tiene una pistola de agua.

JULIA: Estuvo increíble la fiesta anoche ¿no?

JENNY: ¡Estuvo súper! (a Manuel) Oye, ¿qué te pasa?

JULIA: Creo que comió demasiada salsa picante. ¡Esto te ayudará! (saca su pistola de agua y le dispara. Todos se ríen—excepto Manuel)

JENNY: ¿Qué te sucede? ¿Aún estás preocupado por la graduación? Escuché que el examen del profesor Sánchez estuvo súper difícil.

MANUEL: No, no es eso. Es solo que… bueno, estoy pensando en regresar a la vieja cruz.

TOMAS: ¿Qué? ¿Esa cosa enorme de madera dura? No juegues, has estado estudiando demasiado. Creo que se te quemó el cerebro.

MANUEL: No, es en serio. He estado pensando mucho en ello últimamente.

JULIA: No nos puedes hacer esto. Tenemos un gran verano por delante—los cuatro

TOMAS: No tenemos lugar para esa cruz—y además… ahh, ya entiendo. Solo la cargarás a la iglesia y al grupo de jóvenes ¿verdad?

MANUEL: No, la quiero conmigo todo el tiempo. Sé que interferirá, pero lo tengo que hacer. He observado a Carla en estos días. Me recuerda a mi de cómo eran las cosas conmigo. Cuando yo me hice Cristiano por primera vez yo me sentía orgulloso de cargar mi cruz por todos lados. No podía dejar de leer mi Biblia. No dejaba de decirles a mis amigos sobre Jesús.

JENNY: Pero tenemos nuestras cruces. Solo que son más convenientes que el modelo grande, y cumplen con la misma cosa.

MANUEL: ¿Ah si? ¿Cuándo fue la última vez que alguien notó tu cruz Jenny? ¿cuándo fue la última vez que alguno de nosotros le explicó a alguien lo que significaba la cruz?

JULIA: Pero Jesús jamás dijo que la cruz tenía que ser grande.

MANUEL: Si, pero la cruz que Jesús cargó y en la que fue crucificado no era de oro. No podía usarse en el cuello. Era pesada y tenía astillas. Le causó dolor. Le costaba trabajo cargarla. Creo que debería de ser igual con nosotros.

TOMAS: Creo que tu cerebro se te quemó. (las muchachas se ríen y asienten con la cabeza señalando estar de acuerdo. Se apagan las luces)

ESCENA 6

Pasillo de la escuela al día siguiente. Manuel, Tomás, Julia y Jenny entran el escenario del lado derecho platicando. Cuando Manuel ve a Carla entrando al escenario por el lado izquierdo—cargando su cruz grande—deja a los otros tres para caminar con ella. Los otros tres siguen caminando y salen del escenario por el lado izquierdo.

MANUEL: ¡Carla! Estoy contento de verte. Tengo algo qué decirte.

CARLA: ¿Qué es?

MANUEL: (tomando aire) He decidido tomar la cruz que usaba cuando me hice Cristiano por primera vez.

CARLA: No entiendo.

MANUEL: Me recuerdas a mi en la forma que solía ser cuando por primera vez conocí a Cristo. No me avergonzaba de mi fe, a donde fuera, no importaba con quién estuviera. Quiero eso de nuevo—gracias a ti Carla.

CARLA: Yo…yo no sé qué decir. Digo.. he estado pensando mucho. Por eso llegué tarde a la primera clase hoy. Me preguntaba si valía la pena cargar esta cruz. Pero decidí seguirla cargando.

MANUEL: ¿Por qué?

CARLA: Recordaba algo que Simón—este tipo que me vendió la cruz, me dijo. Me dijo algo que algún misionero alguna vez dijo: “No es tonto el que da lo que no puede guardar para ganar lo que no puede perder.”

MANUEL: Qué bueno que no te rendiste Carla (suena la campana)

CARLA: ¿Te veo el domingo en el grupo de jóvenes?

MANUEL: ¡No me lo pierdo por nada! (comienza a caminar pero se detiene al escuchar lo que Carla le dice)

CARLA: Oye (pausa) Te amo hermano.

MANUEL: Te amo a ti también. (los dos se abrazan y salen. Se apagan las luces)

(Una voz fuera del escenario con un micrófono lee Marcos 8:34-38: Entonces llamó a la multitud y a sus discípulos. --Si alguien quiere ser mi discípulo --les dijo--, que se niegue a sí mismo, lleve su cruz y me siga.
Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa y por el evangelio, la salvará.
¿De qué sirve ganar el mundo entero si se pierde la vida?
¿O qué se puede dar a cambio de la vida?
Si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras en medio de esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.)

FIN